En La antigua Grecia, Las trufas griegas eran veneradas como una lujosa especia que realzaba el sabor de los banquetes más exquisitos, tal y como ilustran los relatos históricos de fastuosos festines. Sin embargo, en los hogares griegos modernos no son habituales, debido sobre todo a la escasez de recetas tradicionales y a su elevado precio.

Hoy en día, la trufa griega está presente en los menús de los restaurantes de montaña y los establecimientos gastronómicos de lujo, y se considera uno de los ingredientes estrella de la alta cocina.
